miércoles, 17 de abril de 2019

Clara

Clara sólo estaba segura de una cosa. Sólo de una cosa estaba segura: nunca habría de decir nunca. Y nunca lo decía.
Hasta que un día lo dijo: 《nunca volveré a enamorarme》. Qué ilusa, pobre muchacha. No tenía idea lo que decía.
Como si el amor fuese algo sobre lo que se decide. Como si no fuese una sierra eléctrica fuera de control que te descuartiza hasta el alma y te deja inmóvil, en pedazos.
Creía que con decirlo lo materializaba. Y entonces lo dejo ir. Lo dejó ir sin peros. Lo dejo ir descuartizada. Lo dejó ir: enamorada.

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Ann