jueves, 17 de julio de 2014

Los últimos de los últimos de la fila

Por: Andrea Eseiza

      Siempre existieron; pero en silencio. Antes de 1886 no había término que los identificara, pero si apodos despectivos que los marginaban: “lacras”, “inmorales”, “parásitos”, “condenados al infierno”. Cuando esa definición aparece, lo hace como sinónimo de condena social en un mundo machista. La Organización Mundial de la Salud los marcaba como enfermos alimentando esa discriminación y aún después de resignificar esa concepción - en1990- el daño causado no se reparó. Algunos todavía tienen miedo. En Argentina – particularmente - hace tiempo se vienen librando batallas culturales y políticas para lograr la igualdad. Para que dejen de ser “los últimos, de los últimos de la fila”.

                                                              ***

–       ¡Vos tenés que leer esto! – me dice mi amigo Diego, entre mate y mate, una madrugada de primavera en el patio interno de su casa mientras pone en mis manos un libro casi hecho pedazos.
–       ¿Qué es? – Le pregunto.
–       Vos leelo. Después hablamos.
     Hicimos silencio un rato, me puse a leer el dorso del libro para ver de qué se trataba. Mientras tanto, él se levantó de la silla para ordenar sus cosas antes de ir adormir.
     Se tratabade un libro de aspecto viejo, con hojas amarillentas, como si hubiera estado expuesto al aire y a la luz por siglos oscureciendo y oxidando los vestigios de lignina restantes en el papel.
–       ¡Esto es del año del ñaupa! – Le dije casi a los gritos para que lograra escucharme desde su habitación.
–       ¡No! Es de hace un par de años, ocurre que es un sobreviviente de la inundación. Lo compré hace unos meses en una librería de usados. Se la bancó bastante.

     En la tapa figuraba la foto de un hombre sonriendo con un fondo con franjas de unos 3cm de diámetro cada una. Una roja, otra naranja, la siguiente amarilla, continuaba una verde, la que le seguía era azul y la última violeta. El patrón de franjas de colores se repetía hasta llegar al extremo inferior de la portada. Inmediatamente reconocí que se trataba de los colores de la bandera del ‘orgullo’. En el torso de este hombre, un cartel negro con letras amarillas y rojas: ‘Alex, la vida de un militante gay’ –por Alejandro Margulis-.
     Diego se despidió y partió a entregarse a los brazos de Morfeo. Esa noche no dormí. Fueron 327 páginas las que me desvelaron. Fue una historia y, en ella, miles de historias y muchas ideas. Quería escribir algo sobre eso y comencé a investigar.

                                                     ***

 Érase una vez
     Hoy podemos -o mejor dicho: nos gustaría poder- contarlo como un cuento. Hubo un tiempo en donde los perseguían. Muchos agentes de la policía, sin aviso previo y con velocidad interrumpían eventos en busca de delincuentes y los apresaban. Su delito: ser homosexuales. El primer registro que se tiene de un levantamiento en contra de este acto de injusticia data de 1969 donde los supuestos delincuentes se negaron a entregarse y ser llevados como un rebaño de ovejas en un camión policial a un destino incierto con consecuencias como la condena social, la humillación o la pérdida de sus empleos – cosas que tristemente aún hoy suceden en algunos países del mundo-.

     La madrugada del 28 de junio de ese año, en un bar conocido como el ‘Stonewall Inn’ del barrio Greenwich Village en Estados Unidos dijeron ‘¡Basta!’. “Ese hecho se recuerda como la ‘Revuelta de StoneWall’ y marcó un hito en la Historia. Estamos hablando de Estados Unidos, un país que siempre se aseguró que los hechos (y hasta incluso las tragedias) que ocurrieron ahí fueran globales. Como si eso le tuviera que importar a todo el mundo. Pero lo cierto es que el ‘Poder Gay’ nació ahí” – me dirá Alex Freyre, sentado en el cuarto de una radio ubicada en Cerrito y Sarmiento.  
     Este suceso empieza a denotar que ‘los últimos de los últimos de la fila’ aquellos discriminados, humillados y denigrados tenían algún poder. “Qué peronista eso, ¿No?”- Dice Alex buscando mi mirada porque conoce mi forma de pensar. Sonrío y asiento con la cabeza. La cuestión es que para que ese poder sirviera, tenían que organizarse. Y así lo hicieron, creando marchas masivas contra la violencia homofóbica en Estados Unidos. Pero lo cierto es que para Argentina, todavíafaltaba mucho.

                                                              ***

–       Voy a entrevistar a Alex Freyre y voy a escribir sobre eso - Le dije decidida a Diego una noche.
–       ¿Cómo?
–       Eso todavía no lo sé. Pero lo voy a hacer.
–       Bueno, suerte – me dijo sin mucha esperanza de que se concrete – Si sucede, hacé que me firme el libro.

      Contactarlo fue más fácil de lo que creí. Mientras pensaba cómo hacerlo, el contacto me cayó del cielo – o mejor dicho, del ‘aire’, porque fue un día después de lachar la con Diego mientras cursaba el Taller de Radio II en la facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP- un compañero me preguntó sobre qué iba a escribir y le conté. “Mirá – me dijo cuando terminé de comentarle mi idea - si te sirve, estoy en la producción de un programa de Radio Provincia con Alex Freyre y José María...”. No lo dejé terminar de hablar que le grité:“¡¡Él!! ¡A él quiero entrevistar!”. No era necesario que dijera más. Sabía quela frase terminaba en ‘Di Bello’ –esposo de Alex-. Así que mi compañero salió del aula, lo llamó y cuando Freyre dio el ‘ok’ me pasó su número para pactar la entrevista.
                                               
                                                                  ***
       
La lucha celeste y blanca
        En argentina hubo muchos levantamientos como el de StoneWall, marchas y movimientos. También organizaciones – al principio clandestinas - como lo fueron el ‘Grupo Nuestro Mundo’ y su heredero el ‘Frentede Liberación Homosexual’ – liderado por el poeta y escritor Argentino Néstor Perlongher-. Con el transcurso de los años y la fuerza incansable de estas luchas fueron apareciendo más, logrando visibilidad y conquistando objetivos.      
        Desde 2003 Buenos Aires y Río Negro permiten la unión civil formada libremente por dos personas con independencia de su sexo u orientación sexual. En 2007, esto se extiende también a la ciudad de Villa Carlos Paz –Córdoba-. Y desde ese año se empiezan a presentar acciones de amparo ante la justicia para que se reconozca el matrimonio entre personas delmismo sexo como el derecho que debe ser.
        Alex Freyre y José María Di Bello fueron la segunda pareja en apelar ante lajusticia –en 2009- para poder ganar esta batalla. El 5 de mayo de 2010, la Cámara de Diputados aprobó un proyecto de ley modificatorio del Código Civil que permite el matrimonio entre personas del mismo sexo y, en la madrugada del 15 de Julio de 2010, el Senado aprobó el dictamen de modificación de la Ley Civil de Matrimonio, volviendo real el sueño de miles de parejas gays del país.

        
                                                                    ***

      Mi primer encuentro con Alex fue en la facultad. Entre idas, venidas y citas que ‘por h o por b’ no se concretaron, el 23 de Julio él daba una charla sobre discriminación en el deporte junto a Claudia Vásquez Haro –Presidenta de la AsociaciónCivil OTRANS, Periodista y Docente de la Facultad-  y esa fue mi oportunidad para contarle sobre mi idea.
      Era una tarde gris, parecía que el cielo se caía sobre la ciudad de La Plata. Llegué al edificio Pte. Néstor Carlos Kirchner – mi segunda casa, porque es más el tiempo que paso ahí cursando que el tiempo que habito mi departamento – y lo esperé en la puerta del aula 16 donde estaba disertando. Al terminar la ponencia, me acerqué para presentarme. “Vamos afuera así charlamos mientras fumamos” – fue lo primero queme dijo- y salimos a la puerta, debajo de la marquesina para resguardarnos de la lluvia.
      Definitivamente no era el hombre que esperaba ver, me resultó diferente al que había visto en la portada del libro. Noté que era más alto de lo que creía y, no sé por qué, pero me sorprendió no verlo de traje - estaba de jean, pullover y campera-. Después de unos minutos de avanzada la charla, me di cuenta que es un tipo muy desinhibido, sociable, humilde y que a los dos minutos te trata como si te conociera. Por lo que la conversación resultó muy fluida. Hablamos de la idea y – entre el humo que expulsaba mi boca y el que expulsaba la suya - quedamos en volvernos a contactar y así acordar fecha para la entrevista.
                                                                 ***

    

Más que un militante
     Talcahuano,una calle del barrio San Nicolás de Buenos Aires. En un departamento al 638, lleno de familia, nace el 4 de enero de 1970 quien será vital en la lucha porla igualdad. Un hombre que nació en cuna de militantes y que palpó- aun sindarse cuenta - desde los primeros años de vida un espíritu de lucha por defender los ideales.
      Atravesado por estas vivencias y aldarse cuenta de que la sociedad y la cultura del país necesitaban un cambio, comienza a aflorar un militante que no dejó que nada lo detenga para cumplir su meta. Que no era solo suya, no se trataba sólo de su felicidad sino también la de miles de niños, jóvenes y adultos a lo largo y ancho del país. Entendiendo también, que estos logros traspasarían la frontera y nuestra tierra sería pionera en avances importantísimos en cuanto a transformaciones en los diferentes Estados y culturas alrededor del globo.
      Un niño que en los ‘80 debió luchar sin pistas ni herramientas para defender su identidad. Ese que después fue adolescente y continuó su lucha, logrando ser feliz en una época donde era casi imposible serlo si eras gay. Para ser un hombre casado con otro hombre que logró su felicidad junto a él. Hoy es 
el titular del Archivo de la Memoria de la Diversidad Sexual y presidente de la Fundación Buenos Aires Sida, sin mencionar que es ejemplo y referente de militancia por la igualdad.
     Todo eso y más es Alex Freyre.

                                                                  ***

–       Hola, ¿Alex?
–       Si.
–       Soy Andrea, te llamo para pactar la entrevista para esta semana. En lo posibleantes del viernes.
–       Bueno– Me dice y hace una pausa pensativa – El jueves hago una columna en un programa de Radio acá en Capital, termino a las 16.30hs. ¿Te parece en ese horario en la radio?
–       ¡Dale! A esa hora puedo.
–       Genial, es en Cerrito y creo que… – hace otra pausa – Sarmiento. A dos cuadras del Obelisco. 242 es la numeración, Planta Baja 'B'. Es ‘Radio Cooperativa’.
–       Buenísimo, nos vemos ahí entonces.
–       Dale, nos vemos.

                                                                   ***
     
      Llego a capital, son casi las tres de la tarde. Tengo todo preparado - incluso el libro de Diego para hacerlo firmar-. Está por llover, hace frio. No me manejo mucho en capital, pero ‘es a dos cuadras del obelisco’, tan difícil no puede ser. Camino sobre Cerrito, mirando la numeración. Después de hacer esas dos cuadras levanto la vista. ¡Acá está! La placa en la pared dice  ‘242’. Es une dificio alto. La puerta triplica mi altura, tiene rejas negras. Diviso el portero eléctrico, poso mi dedo índice derecho sobre el timbre que dice ‘PB B’ y lo presiono. Una voz sale del portero indagando mi identidad y la razón por la cual presioné ese timbre. Le explico y en menos de un minuto conozco al hombre detrás de esa voz. Es el recepcionista. Llega hasta la puerta y me abre. Entro y recorro un pasillo largo junto a él hasta llegar a una puerta al final.
      Entro y espero en la recepción hablando con el encargado mientras Alex termina su columna en el programa que está saliendoal aire. A la hora pactada sale del estudio, lo saludo y nos disponemos a buscar un lugar para la entrevista. Salimos al patio, pero no es el lugar adecuado. Pedimos el cuarto contiguo al de operación y nos dan el espacio. Acomodo el reporter, el trípode, la cámara, hago foco, el balance de blancos,lo ubico y comenzamos con lo que nos reunió acá este día.
    

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Orgullo Gay Vs Machismo y Homofobia
      Las sociedades del mundo tienden a ser – en un gran porcentaje – machistas. Consecuentemente homofóbicas. Ese machismo ha sido durante milenios parte de la génesis de la discusión sobre la distribución del poder. Y como resultado de eso, la homofobia también estuvo sentada en la misma ‘mesa’ discutiendo esa distribución y quitando reconocimiento del mismo poder a los últimos de la fila. “La homosexualidad no es contagiosa. Yo no logré – ni intenté – que alguien que no fuera homosexual se convierta en homosexual. Sin embargo muchos heterosexuales trataron de que yo me convierta en heterosexual y evidentemente no lo lograron. Pero si podrían haber logrado una represión en mí, que yo en vez de ser quien sea actúe como quien no soy. Me case, tenga hijos y obtenga una felicidad berreta. Que es la felicidad de consentir, la de pertenecer a un mundo que me discriminaría si supiera quiénsoy yo. La felicidad burguesa de pertenecer a un sector para ser parte de los que discriminan. No para transformarlo. Entonces esa tensión hace que algunas personas cedan en su soberanía y su independencia” – me dice Alex.
      Cuando la OMS elimina a la homosexualidad de la lista de enfermedades contribuye, pero norepara. Porque no se puede eliminar del inconsciente colectivo la idea de enfermedad, de inmoral, de algo que no tiene cura. En primera instancia el que haya sido considerado enfermedad es producto del machismo de la sociedad de esa época que formaba los científicos que dominaban la escena de la ciencia y podían determinar qué era una enfermedad y qué no.
      En el país, un hecho que reprimió las luchas por la igualdad – entre muchas otras cosas - fue la dictadura del ’76, la más sangrienta que sufrió nuestra tierra. Este golpe de Estado se encargó de agregar leyes de lesa humanidad. “Esas leyes criminalizan a las personas por ser quienes somos. Pero aunque nos arresten 15 años vamos a salir homosexualesde la cárcel, como entramos. Más vejados, mas vulnerados, con dificultad para obtener empleos, marcados por muchísimas violencias… y putos – Dice sonriendo – Orgullosos”.
      Entonces, esa organización, esa unión lograda por las luchas como la de StoneWall en todo el mundo hacen que se pueda luchar contra el machismo, la homofobia y se reivindique el ‘Orgullo Gay’. Pero… ¿Qué es el orgullo gay? ¿Están orgullosos de ser lo que son? “No sentimos vergüenza, y eso es un montón. Cuando la cultura dominante dice que quien sos vos es vergonzoso- no lo que hacés, quien sos - es un criterio nazi.Yo no puedo reprimir quien soy. Podría reprimir mis comportamientos, hacerle caso a la OMS de antes de los 90 y considerarme enfermo, ir a una clínica de recuperación. Pero no quiero dejar de ser gay y aunque quisiera no podría” – Dice - valga la redundancia - con orgullo Freyre.

                                                         ***

Estamos en la mitad de la entrevista empiezo a sentir golpes como de un martillo.
–       ¿Eso es acá? – Le pregunto casi con un pie afuera del cuarto para pedirles que suspendan por unos minutos las refacciones.
–       No, es arriba- me contesta negando con la cabeza y gesto de resignación.
    Claro – pienso –, es un edificio. Estas cosas pasan. Lo soluciono poniéndole el micrófono corbatero en la solapa de la camisa. Asunto arreglado, audio claro. Podemos seguir.             
                                                         ***



El conflicto está afuera

     Suele pensarse que un gay o una lesbiana tiene – en primera instancia – una lucha consigo mismo por su identidad, por ser como es, por sentir lo que siente –incluso ellos mismos llegan a pensarlo -. Pero el conflicto está afuera.
     Lo que ocurre en los primeros años de formación de un niño son determinantes. Lo que se le dice, lo que se hace a su alrededor. Es verdad que el círculo más íntimo es uno mismo, pero eso seconstruye por el hábitus - ese del que habla Bourdieu - eso que adquirimos y que determina la forma en la que vemos el mundo. Entonces los primeros pensamientos que tomamos como propios, son a partir de las herramientas que tenemos y eso viene de la crianza en la edad más temprana.
     “La primera tarea de un niño o una niña gay – Dirá Freyre – es deconstruir lo que se dice a sí mismo - que es la sumatoria de lo que ha escuchado en su casa -. Deconstruir ese mensaje es una larga tarea para niños que crecen en contextos homofóbicos. Algunos, no lo logran nunca”. Ese círculo con uno mismo es la primera lucha de un homosexual.
     Durante esa batalla - mientras el niño está debatiendo internamente acerca de lo que siente, lo que le pasa con otros, pensandolo que ‘debe ser’ y lo que es realmente, lo que escuchó, lo que siente pero le dijeron que está mal, la vergüenza y la culpa – está inmerso en la escolarización, donde sus compañeros de clase tienen su misma edad, y en promedio una crianza similar, la misma información – aunque cada familia es un mundo – y empiezan los primeros contactos con ‘el afuera’.
     Entonces, ser homosexual no es unconflicto. El conflicto aparece afuera cuando te dicen que eso está mal. Plantear que el problema es la homosexualidad es parte del problema. Hay conflicto porque el contexto es homofóbico. Entonces el gay siente la tensión cuando les dicen quiénes deben ser y qué colores deben usar. “A los varones les regalan celeste, a las nenas rosa. Durante el embarazo, las expectativas sobre nuestro género la construyen otros, le agregan cargas culturales – afirma Alex mientras mueve las manos acompañando la explicación – El conflicto no es propio, es ajeno. Al principio uno – o una – libra un conflicto ajeno que se nos mete como propio. Nosotros debemos deconstruir la información de que somos lo que no somos. Y al darnos cuenta de quienes somos en realidad, vemos que el conflicto no es propio, es ajeno".
      
                                                              ***

        
     Alex es extremadamente expresivo. Cuando habla, son más las gesticulaciones que hace, los movimientos de manos y acompañamiento con el cuerpo que las palabras que dice. Lo cual resulta interesante porque aporta otros sentidos a lo que cuenta. Cuando manifiesta como se expresa un niño, agudiza su voz. Al hablar del enojo de alguien grita y mueve los puños, y cuando habla de experiencias personales parece que revive el momento y utiliza los mismos gestos, las mismas caras, incluso las mismas palabras, haciendo que vivas con la mayoría de los sentidos esa memoria.

      Los martillazos de a rato cesan, pero no así las voces de los que se encuentran al rededor del cuarto. Eso no interfiere, no distrae. Podemos seguir sin inconvenientes.

                                                              ***

Hoy, se le dice ‘Bulling

      En la etapa del conflicto con el afuera, el homosexual – sobre todo los jóvenes – se choca con la homofobia y – en la mayoría de los casos – de la forma más violenta. Estaviolencia siempre existió, solo que hoy se le llama Bulling.
      No es sólo por ser homosexual. Hoy se sufre bulling por todo. “Por laglobalización hoy sabemos que nos hacen bulling por ser gordo, flaco, rubio, lindo, feo, pobre, rico, por sacarte un 10, por sacarte un uno, por ser puto, por salir con muchas chicas, por no salir con ninguna, por haber tenido muchos novios…- afirma Freyre mientras no alcanzan los dedos de la mano para enumerar – Todos los sufrimos. Pero no todos sufrimos la gran ‘Carrie’, la sangre en la cabeza – cuenta mientras parece que juega al ‘dígalo con mímica’ imitando la escena donde la sangre le cae a la protagonista– Los homosexuales sufrimos esas cosas”. Alex dice que el mayor infierno se vive en el gimnasio de la escuela, al ver la vestimenta. Explica que ahí se empiezan a ver con más claridad las diferencias. Cuando se despojan de lo que los iguala a todos – el guardapolvo blanco – y se ve la clase de ropa que cada uno usa –me lo cuenta dibujando con sus manos sobre su cuerpo cada prenda que nombra - y se nota si a las nenas les crecieron los pechos o todavía no, el tamaño del pene en los nenes. Estas cosas llevan al niño a tener conflictos de integración en la escuela – parte del ‘afuera’ – el problema no es del niño,sino de la institución que no se integra al mundo diverso. Y sin embargo al chico se lo señala como el problemático.
                                                             ***
        Mi mente va procesando lo que Alex dice, pero de tanto en tanto me preocupo por los martillazos - que por momentos parecen volverse más intensos - reviso si todo marcha bien en la cámara y si el reporter tiene la luz roja del ‘rec’ encendida. Todavía más grave: si aún lo tiene enganchado en la solapa de la camisa. Se mueve mucho y cada palabra que dice se convierte en algo símil a un aleteo de ave revoleando uno de sus brazos – o los dos en algunos casos –explicando algún concepto o expresando algún sentimiento. Cada vez que piensa una respuesta se lleva el índice a la pera y eleva la vista como mirando el techo para pensar.
      Por mi parte, también cruza por mimente - de a ratos - que no debo olvidar hacerle firmar el libro - Porque sé que hay que evacuar rápido el cuarto para dejar que las personas de la radio vuelvan al puesto de trabajo que usurpamos y tengo muchos cables que guardar – quizás me olvide.
   
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Avances en el país. 

     La cultura argentina está cambiando. Todavía hay mucho que remover del machismo y la homofobia. Pero existen herramientas que brinda el Estado para que la sociedad se adapte a la diversidad. Tenemos una ley de matrimonio que iguala, contenidos de diversidad en la grilla de programación de la televisión pública – Como el Canal Encuentro y Paka-Paka -. Se reconoce al gay como victima de otros y no como parte de un problema, ni culpable de un delito. Hoy los textos escolares hablan de los cambios culturales y todas estas son herramientas que el Estado argentino les brinda a los ciudadanos y ciudadanas gays y lesbianas desde la infancia para poder deconstruir lo que se dice en ese ‘afuera’ y poder interpelar para defender su identidad y sus derechos, iguales a los de todos. Son cada vez más numerosos los espacios donde se dan las discusiones que tienen que darse sobre derechos humanos y género. Y hay que luchar para que sean aún más.

   Padres, hijos, futuros padres.

      No es fácil ser padre en esta época, es verdad. Es otra generación, otras problemáticas. En un gran porcentaje son homofóbicos y algunos hasta dicen que ‘está todo bien con los gays porque no les toca de cerca’. Pero eso no es del todo cierto. Sí pasa. Pasa en su país, en su ciudad, en su pueblo, en su barrio. En el colegio de sus hijos, en la casa de su vecino. En los ídolos - musicales o deportistas- de su hija. Saben que los homosexuales son un porcentaje importante de la población. Canillitas, carniceros, panaderos, jueces, ingenieros, abogados, políticos, padres, hijos, tios, nietos, primos… Saben que pasa, les queda claro que sucede y que ya no está fuera de su casa aunque quizás intenten negarlo.

      Al preguntarle a Alex que les aconseja a los padres y a quienes quieren ser padres, respondió con orgullo – por su propia familia – que sean padres del presente con las reglas y los procesos culturales del presente “Hay que entender que nuestros hijos nacen en otra generación y hay que aggiornarse. Debemos buscar la felicidad de nuestros hijos defender su derecho a ser felices y no ser parte del problema” Dijo seguro. 
      En cuanto al joven gay, a la joven lesbiana, deben buscar su felicidad. No dejar que nada los detenga. Empoderarse de su identidad y sus derechos. Interpelar a sus familias para que se empoderen junto a ellos. Que no callen: que todo mejora. Si deciden irse de su casa porque no pudieron lograr ese vínculo, que sepan que el Estado genera lugares para que se sientan iguales – porque es lo que son – y no resignen su felicidad por nada del mundo. No perder tiempo y no llegar a ser felices de grandes cuando ya tienen una vida ‘armada’ bajo esa pseudo-felicidad berreta que describía Alex.
     “Todo mejora. Nosotros recibíamos muchos mensajes de adolescentes con ganas de suicidarse. Y hoy estamos recibiendo mensajes de adolescentes con bronca. Es distinta la reacción, ¿Entendes? – Me pregunta Freyre inflando el pecho – Una cosa es bronca: ‘estono me gusta y quiero cambiarlo’ y otra cosa es ‘esto no me gusta, no puedo cambiarlo, me quiere cambiar a mí y yo no puedo cambiar’. Los adolescentes dicen ‘tengo bronca por lo que me pasó en la escuela’ o gente adulta en el trabajo ¡Pero ciudadanos y ciudadanas activas! Que reclaman con indignación el contexto que no les gusta y entienden que la política es una herramienta para transformarlo”.   

                                                                   ***
        Termino la entrevista, guardo todo velozmente y me disculpo con las personas de ese cuarto. Agradezco por el espacio, y emprendo camino junto a Alex por el largo pasillo hasta la salida nuevamente. Nos paramos en la vereda y charlamos un parde minutos sobre la entrevista. Nos saludamos y se va. Cruzo Cerrito hasta el metrobus y diviso a pocos metros el cartel rojo del Plaza. Entrecierro los ojos para focalizar mejor y lograr leer el cartel: ‘La Plata x Autopista’. Esperé a que llegue a la parada y subí.
      Pasé medio viaje recordando lo que hablamos en la entrevista y me quedé pensando: ¿Qué hace falta? Hace falta tiempo. Con la Ley de Matrimonio Igualitario se libró la madre de todas las batallas – y las leyes tienden a adelantarse a los cambios, las sociedades deben procesarlas -. Falta todavía que la cultura asimile estos cambios que la diversidad ha conquistado porque les pertenecen. Modificar las leyes en busca de derechos negados. La Argentina está en un proceso de construcción ciudadana, de una sociedad igualitaria que respete la diversidad y que crezca en la igualdad. El camino por recorrer es largo – mucho más largo que el camino Buenos Aires-La Plata por autopista – pero vamos por la mitad y seguimos avanzando. En definitiva, hace falta tiempo. Y que los últimos de los últimos de la fila no bajen los brazos y peleen por lo que les pertenece. Porque a fin de cuentas, ni siquiera debería haber una fila. Tendríamos que poder pararnos todos uno al lado del otro para hacer carne esa meta y lograr la igualdad.
     A todo esto, recordé otra cosa que justamente olvidé: no le di el libro a Alex para que se lo firme a Diego… Pero no me preocupo. Pienso seguir avanzando en este camino y no va a falta roportunidad para volvérmelo a cruzar.  
   
                                                                 ***