martes, 13 de marzo de 2018

Camorra al corazón

Respiraba y no había nada. Un vacío. Una presión. Sólo latía. Nada sentía. Nada. Ya ni siquiera dolor.
Tranquilo estaba mientras latía.
Entonces vino un par a buscarle camorra: 《Sentí. Dale, sentí. No seas cagón》.
No supo qué hacer, ni cuánta sangre bombear, ni a qué ritmo latir. 
Sintió. No supo qué fue pero algo sintió.
Ahora siente. 
Sigue intentando averiguar qué. No sabe muy bien qué hacer. Pero sí sabe cuánta sangre bombear, a qué ritmo latir y, lo más importante, por quién hacerlo.