martes, 12 de marzo de 2013

A veces es mejor callar

Hoy te necesito acá. Para contarte esto y que intentes convencerme, como muchas otras veces, de que estoy equivocada. Vos me dirías que esto va a pasar, que es un don y que tengo que saber usarlo y que si algo salió mal es porque la otra persona no entiende. Yo te diría que no. Que no pretendo usarlo más. Que prefiero guardarme ciertas cosas mordiendome la lengua antes que arruinar algo. Te diría que a veces es mejor callar.     Muchas veces las cosas salieron mal, pero estabas acá para llevarlas conmigo. Hoy no estás y tengo que afrontarlo sola. Con tu tono calmo, me dirías: "Tranquila, vos dejá que el tiempo pase y todo se va a arreglar. Se va a dar cuenta y no le van a alcanzar las palabras para pedirte perdón". Pero aunque el tiempo pase y todo se "arregle", aunque no le alcancen las palabras para pedirme perdón, la confianza no se recupera jamás. No puedo volver a confiar y todo lo vivido no va a ser más que un recuerdo. De esto no se vuelve, aunque encuentre las palabras para pedirme perdón. Menos alguien que hasta ayer le confiabas la vida y hoy te sale con algo asi. Nada sería lo mismo, porque una desconfianza asi te duele, y no es superficial: te duele en el alma.    Hoy no puedo esperar de nadie la clase de palabras que saldrían de tu boca. Nadie me va a decir que siga usandolo. Hoy elijo yo, no quiero pasar otra vez por lo mismo. Hoy elijo dejarlo acá. Porque a veces es mejor callar. Y hoy es una de esas veces.