martes, 23 de septiembre de 2014

Tratá

Carta abierta a clientes de prostíbulos


     Pasó otro 23 de Septiembre y estoy segura que no te importó e igual "te fuiste de putas". Porque así lo decís vos. En esta sociedad machista así se lo dijiste a tus compañeros de trabajo o a tus amigos: "Me voy a buscar una puta". Fue entre los trámites de la mañana o mintiéndole a tu esposa con horas extra inexistentes. 
     Quizás no lo ventilaste porque te da vergüenza, no querés asumir que la cama en tu matrimonio no funciona, sos soltero, no conseguis novia, te considerás feo, sos eyaculador precoz, tenés un terrible complejo de edipo que no podés resolver o sos homosexual y no te animás a asumirlo. No importa cuál sea el motivo, aún así lo hiciste y lo seguís haciendo.
     Al no decirlo lo invisibilizás, hacés que al decir "prostitución" se piense en la prostituta o en el travesti, en la esquina o en el bulo. Pero nunca en vos: en el CLIENTE. Sos el más protegido y resguardado en esta historia, pero tenés que saber que sos el principal protagonista y el mayor prostituyente.
     Porque vos consumís, ese maldito mercado crece y el producto somos nosotras: LAS MUJERES. Lo que se publicita y comercializa es nuestro cuerpo. Vos sos el poderoso y nosotras las denigradas. Podés ser camionero, juez, verdulero, fiscal, estudiante, carpintero, policía, jefe, empleado o desocupado, para el mercado es lo mismo. Sos un cliente que paga. Y si hay clientes: HAY TRATA
     En el país hay más de 700 mujeres desaparecidas que fueron secuestradas para ser explotadas sexualmente, para que sean objetos con los que vos saciás tu hambre de sexo. Digo más de 700 porque es imposible saber la cifra exacta ya que no todos los casos que llegaron a instancias judiciales porque ellas no se animan a contarlo. Todas esas mujeres en situación de esclavitud fueron arrancadas de sus familias y sometidas a vos; sometidas a latrata.
     Tratá entonces de pensar que esa "minita" a la que sometés puede ser tu hija, tu vieja, tu hermana, tu sobrina que fue secuestrada y un desgraciado la está violando así como tantos otros lo hacen todos los días: Y vos también. Tratá de ver, de escuchar, de sentir el dolor de esas familias al perder a sus hijas, madres y hermanas para que vos y tantos otros tipos se saquen las ganas. Tratá de ver la angustia y el miedo con el que las víctimas rescatadas se animan a hablar en la cara de sus apropiadores y violadores en un juicio...
     Pasó otro 23 de Septiembre y a vos no te importó. Igual te fuiste a consumir mujeres víctimas de trata. La trata es un delito de lesa humanidad y tu complicidad hace que la cadena sea cada vez más larga y más mujeres y familias sigan sufriendo.
     Tratá de pensarlo así. Tratá de no hacerlo más.

Andrea Eseiza
36.110.333

sábado, 30 de agosto de 2014

La abuela en cuestión

Por: Andrea Eseiza

En 1976 sucedió uno de los hechos más sangrientos de la historia de Argentina. Desde hace más de 36 años, unas señoras con pañuelos blancos no descansan por recuperar a sus nietos. El pueblo entero no descansa buscando a sus hermanos, sobrinos, tíos y primos. Entre toda la gente una abuela se destaca. En ese tiempo su hija fue secuestrada y desaparecida en la ciudad de La Plata. Por medio de relatos pudo enterarse que su hija dio a luz, su nieto fue apropiado y su nombre cambiado. Desde ese momento supo que no dejaría de buscarlo. Esa busqueda tuvo sus frutos 35 años después. El 5 de Agosto del 2014, esta abuela en cuestión, pudo abrazara su nieto.

    El 24 de marzo de1976 las Fuerzas Armadas usurparon el gobierno constitucional en el país por medio de un golpe de Estado, dando inicio a la dictadura más sangrienta conocida por esta tierra. Llevó adelante una política de terror secuestrando, torturando y desapareciendo a más de 30 mil personas. Entre ellas, cientos de mujeres con niños pequeños o embarazadas. Los responsables de estos atroces hechos, en complicidad con civiles de alto poder adquisitivo- dueños de empresas e importantes cargos- separaron a esos bebés de sus madres, privandolos del derecho a la identidad, inscribiéndolos como hijos propios, otorgandolos a otras familias relacionadas con ellos, vendiéndolos o abandonándolos como N.N en institutos.
    Ésto no fue casualidad. En los centros clandestinos de maternidad, tiempo después, se encontraron listas defamilias de militares ‘en espera’ de un nacimiento, lo que demuestra –junto con las declaraciones de los mismos militares – la existencia de un plan preconcebido no sólo de secuestro de adultos sino también un plan sistematico de apropiación de niños.
    Uno de esos niños, fue Guido.

El hijo, el nieto

    Nació el 26 de junio de 1978 durante el cautiverio de su madre Laura – militante de la organización `Montoneros’, secuestrada embarazada a fines de 1977 y asesinada dos meses después de dar a luz – encadenada a la cama de un hospital militar. Lo llamó Guido – en honor a su padre-. Estuvo con ella tan sólo unas pocas horas antes de ser derivado a quien sería su entregador: Francisco Aguilar – importante empresario y ex presidente de la Sociedad Rural de Olavarría con un innegable vínculo con los militares de la zona -. Los destinatarios del niño fueron los puesteros de su estancia: Juana y Clemente Hurban, un matrimonio que no podía tener hijos. En esta trancisión lo anotaron como propio y pasó a llamarse Ignacio.
     Así, criado en Colonia San Miguel –Olavarria-, fue creciendo y, sin saber por qué – si no hasta hoy -, fue despertandose en él un interés por la música.

                                                                        ***
   

     Mientras tanto, en otro punto de la provincia, la abuela en cuestión, comenzaba una búsqueda incansable con un objetivo claro: no descansar hasta encontrar a su nieto.
     En los comienzos de esta búsqueda, se cruzó en el camino de otras madres y abuelas que se habían propuesto el mismo objetivo, el de encontrar a sus hijas y nietos que les habían sido arrebatados. Sabían lo que querían y no tenían nada más que perder, estaban organizadas y nada las detendría.

Una lucha colectiva
     “Tenemos que ir directamente a la Plaza de Mayo y quedarnos allí hasta que nos den una respuesta”. Fueron las palabras de madres y familares de los desaparecidos tras el silencio del regimen militar que ninguna democracia del mundo se animaba a condenar. Sintiendo impotencia, el 30 de abril de 1977 comenzaron a marchar cada jueves alrededor de la Pirámide de Mayo, situada frente a la casa de gobierno. Las mujeres decidieron cubrirse el pelo con un pañal de tela blanco. Rápidamente adoptaron el nombre de ‘Madres de Plaza de Mayo’ y su sóla presencia comenzó a ejercer presión nacional e internacional sobre el destino de las personas que desaparecían en el país.
     Cuatro meses después, Alicia Zubasnabar de De la Cuadra- `Licha’ - comenzó a asistir junto con su esposo y Hebe de Bonafini a las rondas de las `Madres’, buscando a un hijo, una hija embarazada, su nuera y su yerno. Al mismo tiempo, otra madre/abuela, María Isabél Chorobik de Mariani - `Chicha’-, había comenzado a buscar a otras madres de desaparecidos que, como ella, tuvieran también nietos pequeños desaparecidos.
     En esos días Licha buscó a las otras abuelas que ya conocía de la Plaza, se reunieron y decididieron empezar a trabajar juntas. “Éramos 12 en ese momento. A mi me asombró verlas con tanta serenidad; yo era un guiñapo, un llanto continuo, las veía a ellas tan serenas y decía `tengo que ser como ellas’. Primero nos dimos a conocer como `Abuelas Argentinas con Nietitos Desaparecidos’. Pero fuimos creciendo, la gente empezó a conocernos y a llamarnos  `Abuelas de Plaza de Mayo’”-. Cuenta Alicia.
    Las abuelas entendían que recuperar a los nietos, era un proceso diferente que el de recuperar a los hijos y que necesitaban estretegias y metodologías diferentes. Comenzaron a actuar bajo el lema `Buscar a los nietos sin olvidar a los hijos’.
     En abril de 1978, se suma la abuela en cuestión.

Ella
     1930, 22 de Octubre. Buenos Aires es la cuna de quien será una de las pioneras en recuperar la identidad de una generación entera, de un pueblo entero. Una de las mujeres que lucha por eso, una de las que sostiene el ‘Nunca más’.
     Creció para convertirse en maestra y, locierto es, que no tenía participación en política. Tuvo cuatro hijos, y fueron tres de ellos los que la involucraron en eso. Laura, Claudia y Guido Miguel, militaban en el peronismo –estudiantíl-.
     En 1977, plena dictadura, secuestran a su hija y se apropian de su nieto. En ese momento nace una luchadora. En ese momento nace ‘La abuela en cuestión’.
     Hoy tiene 83 años, llegó a tener 13 nietos más, incluso dos bisnietos, pero se propuso no descansar hasta encontrara Guido. Antes de morir en cautiverio, su hija Laura dijo algo: “Mi mamá no se va a olvidar de lo que me hicieron y los va a perseguir”. Y tuvo mucha razón.

                                                                  ***

      Guido – desconociendo su verdadera identidad y bajo el nombre de Ignacio – continuó creciendo y desarrollando su interés y habilidad musical. A los 12 años estudió musica en Olavarría, después piano en Avellaneda. De chico comienzan a apodarlo `Pacho’, pasan los años y se convierte en un músico reconocido. Integra bandas de Jazz, tango y da clases en el conservatorio de Olavarría. Empieza a componer y, sin sospechar nada, escribe una canción: ‘Para la memoria’ - la publicó el 24 de marzo de este año-. Se compromete con la lucha por la identidad de los hijos de los desaparecidos, compromete su musica para la causa, se alegra por cada nieto recuperado sin tener idea de quién es él.
      Será poco tiempo después cuando empiece a dudar...

                                                            ***
Una, dos, tres...cincuenta y nueve.

    La lucha de las abuelas comienza a dar sus frutos. Tras largas búsquedas, recuperan por su cuenta a las primeras dos nietas, las hermanas Tatiana Ruarte Britos y Laura Jotar Britos. – previamente habían sido localizados en Chile los hermanos Anatole Boris y Victoria Eva Julien Grisonas-. Se suman Juan Pablo Moyano,Tamara Ana María Arze, Martín Baamonde, los hermanos Humberto Ernesto Colautti Fransicetti y Elena Noemí Ferri Fransicetti, Sebastián Rosenfeld Marcuzzo, Eduardo Garbarino y Ana Laura Hisi...
    En medio de las recuperaciones, retorna la democracia en 1983 con Alfonsín y la lista se hace mas extensa. Para 1997 llegaba a los 59 nietos recuperados.

    
Cambio de época, cambio de planes:

     Habian pasado ya dos décadas y las abuelas entendieron que ya no se trataba de espiar en la puerta de los colegios como en los inicios. Ya no se trataba de encontrar niños. Ahora eran jóvenes adolescentes que ya habían adquirido cierta autonomía con sus vidas y a los que tenían que interpelar. Decidieron cambiar la estrategia: ‘¿Vos sabés quién sos?’ Fue el interrogante que utilizaron. Ya no tenían que buscar a sus nietos por medios indirectos, ya podían movilizar a la sociedad. Organizaron un festival de Rock en Plaza de Mayo y colgaron un cartel con esa consigna. Lograron llegar directamente a ellos. Aun más: lograron que una generación entera se pregunte por su historia.
    Los años fueron pasando, sus nietos –donde sea que se encontraran– seguían creciendo, y así crecieron también las estrategias de las abuelas para interpelarlos.
    Así es que se comenzaron a organizar eventos y actividades para convocar a los jóvenes: instalaciones, concursos literarios y fotográficos, congresos y seminarios sobre la temática de la Identidad- que comenzaron a conformar un espacio propicio para la construcción de la verdad-. Muchas personalidades respondieron a la convocatoria de la sAbuelas y se acercaron a colaborar para participar en la difusión del Derecho ala Identidad que buscaban promover. Primero se sumaron los actores, directores y dramaturgos y nació `Teatro X la Identidad’, después se acercaron los músicos y se organizó `Música X la Identidad’ – inesperadamente, y sin tener idea de su verdadera identidad, Guido fue uno de ellos -, llegaron los rockeros y seorganizó ‘Rock X la Identidad’, los plásticos y se organizó `Pintura Colectiva’, siguieron los diseñadores y se produjo ‘Gráfica para las Abuelas’ y así fue creciendo.
     Tres décadas; en 2007 las abuelas inspiraron la realización de una miniserie en tres capítulos denominada ‘Televisión por la Identidad’, con tres historias independientes de niños apropiados - dos de ellas reales (Tatiana y Juan) - y la tercera una síntesis de ficción realizada sobre las experiencias de los nietos recuperados. El ciclo tuvo un altísimo rating y debió ser repetido. Gracias a esto, decenas de jóvenes cuestionaron su historia y – ya cada vez más frecuentes los exámenes de ADN – recuperaron su identidad.
     La abuela en cuestión sentía que por cada nieto que llegaba el suyo estaba más cerca. Aun asi, temía que se le agote la fuerza y no poder estar con vida cuando apareciera su tan esperado nieto.

                                                                      ***
     Ya con 36 años -2014- y dudando sobre su identidad, Guido manda un mail a Abuelas esperando una respuesta al interrogante de su verdad. Un conocido cercano a la familia le habìa contado en Junio que no era hijo biológico de sus padres e intuía que podía ser hijo de desaparecidos. Lo derivan a la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad –CoNaDI-. Su sangre se cruzó –voluntariamente- con las muestras del Banco Nacional de Datos Genéticos y el 5 de Agosto se conocieron los resultados: Era el hijo de Laura; consecuentemente el tan esperado nieto de `la abuela en cuestión’.
     Los resultados no llegaron a CoNaDI, sino a tribunales donde existía una causa abierta por la desaparición de Laura y la apropiación de Guido.

La noticia más esperada/inesperada.

     Ella había esperado 35 años para recibir esta noticia, realmente la esperaba y sin embargola tomó por sorpresa. La jueza Servini de Cubría se enteró a las 12.30hs. Cuenta que la llamó y le anunció ‘la recuperaciòn de un nieto más’ argumentando que estas cosas no se dicen por teléfono. A las 13.00hs ya se lo estaba contando en persona y la alegrìa de la Abuela, no tenia parangón. Se emocionó hasta las lágrimas y con lo poco que pudo reaccionar, dio aviso a su familia. A los pocos minutos recibió un llamado de la presidenta donde –al responder- sólo escuchó: “Decime si es cierto”. Como pudo se lo confirmó. Lloraron juntas.
     El temor de esta abuela de no poder abrazar a su nieto, llegaba a su fin. Ya no tenía dudas, solo certezas.
     El reencuentro: Fruto de una lucha

      Una reunión íntima fue lo que eligieron para encontrarse, para conocerse. Para dar fin a un ciclo y comenzar otro. Para terminar una búsqueda – por parte de ambos – y empezar una nueva historia.
      Abuela y nieto son muy parecidos. La fisionomía de su rostro es casi idéntica, el corte del mentón, la curva de la nariz, la sonrisa, la comisura de la boca, los ojos pequeños... y no sólo las características físicas son impresiones de la genética.
     Conociendo hoy su verdadera identidad, Guido quizás entiende por qué surgió su interés por la música- ya que nadie del entorno de su familia adoptiva tenía relación con ella-. Su padre biológico – Walmir ‘Puño’ Montoya (militante montonero secuestrado junto con Laura) - fue músico y también lo es uno de los otros nietos de su recuperada abuela.
14: más que un número

      Quizas los protagoistas no se hayan percatado, pero el 14 es un número vital en esta historia: Esta abuela tiene 14 nietos, por mucho tiempo tuvo sólo 13 y luchó incansablemente para que los 14 estuvieran presentes. Guido es el nieto recuperado número 114 y tuvieron su reencuentro en el 2014. Quizas sea simple casualidad, pero ella no cree en las casualidades. Tal es así que considera presagio el hecho de que su nieto haya participado en la jornada de `Música X la Identidad' en la ExEsma antes de realizarse los estudios de ADN.


                                                           ***

‘Milico, decime qué se siente’

     Él es el fruto de una lucha incansable de un grupo de mujeres que entregó su vida a esta causa: recuperar a sus nietos, que el pueblo argentino recupere su identidad.
     ‘Milico, decime qué se siente, que hayamos recuperado un nieto más’ resonó durante todo un día en el país. Se reflejó en la sonrisa- entremezclada con llanto- de Tatiana, de Juan, de los cientos de nietos recuperados, de miles de argentinos que sienten que de a poco les devuelven la identidad. Y sabiendo que no hay que bajar los brazos porque hay que hacer justicia por los 30 mil compañeros desaparecidos y por que falta recuperar más de 400 nietos, sobrinos, hermanos y tíos.
     Ignacio, ‘Pacho’...Guido. Hoy su familia lo llama Guido. Hoy el pueblo lo llama Guido. Porque es el nieto del pueblo. Pero lo más importante:  Hoy su abuela lo llama así. Porque Guido es, nada más y nada menos, que el nieto de la abuela del pueblo, el de la Abuela en cuestión: El nieto de Estela de Carlotto.

jueves, 17 de julio de 2014

Los últimos de los últimos de la fila

Por: Andrea Eseiza

      Siempre existieron; pero en silencio. Antes de 1886 no había término que los identificara, pero si apodos despectivos que los marginaban: “lacras”, “inmorales”, “parásitos”, “condenados al infierno”. Cuando esa definición aparece, lo hace como sinónimo de condena social en un mundo machista. La Organización Mundial de la Salud los marcaba como enfermos alimentando esa discriminación y aún después de resignificar esa concepción - en1990- el daño causado no se reparó. Algunos todavía tienen miedo. En Argentina – particularmente - hace tiempo se vienen librando batallas culturales y políticas para lograr la igualdad. Para que dejen de ser “los últimos, de los últimos de la fila”.

                                                              ***

–       ¡Vos tenés que leer esto! – me dice mi amigo Diego, entre mate y mate, una madrugada de primavera en el patio interno de su casa mientras pone en mis manos un libro casi hecho pedazos.
–       ¿Qué es? – Le pregunto.
–       Vos leelo. Después hablamos.
     Hicimos silencio un rato, me puse a leer el dorso del libro para ver de qué se trataba. Mientras tanto, él se levantó de la silla para ordenar sus cosas antes de ir adormir.
     Se tratabade un libro de aspecto viejo, con hojas amarillentas, como si hubiera estado expuesto al aire y a la luz por siglos oscureciendo y oxidando los vestigios de lignina restantes en el papel.
–       ¡Esto es del año del ñaupa! – Le dije casi a los gritos para que lograra escucharme desde su habitación.
–       ¡No! Es de hace un par de años, ocurre que es un sobreviviente de la inundación. Lo compré hace unos meses en una librería de usados. Se la bancó bastante.

     En la tapa figuraba la foto de un hombre sonriendo con un fondo con franjas de unos 3cm de diámetro cada una. Una roja, otra naranja, la siguiente amarilla, continuaba una verde, la que le seguía era azul y la última violeta. El patrón de franjas de colores se repetía hasta llegar al extremo inferior de la portada. Inmediatamente reconocí que se trataba de los colores de la bandera del ‘orgullo’. En el torso de este hombre, un cartel negro con letras amarillas y rojas: ‘Alex, la vida de un militante gay’ –por Alejandro Margulis-.
     Diego se despidió y partió a entregarse a los brazos de Morfeo. Esa noche no dormí. Fueron 327 páginas las que me desvelaron. Fue una historia y, en ella, miles de historias y muchas ideas. Quería escribir algo sobre eso y comencé a investigar.

                                                     ***

 Érase una vez
     Hoy podemos -o mejor dicho: nos gustaría poder- contarlo como un cuento. Hubo un tiempo en donde los perseguían. Muchos agentes de la policía, sin aviso previo y con velocidad interrumpían eventos en busca de delincuentes y los apresaban. Su delito: ser homosexuales. El primer registro que se tiene de un levantamiento en contra de este acto de injusticia data de 1969 donde los supuestos delincuentes se negaron a entregarse y ser llevados como un rebaño de ovejas en un camión policial a un destino incierto con consecuencias como la condena social, la humillación o la pérdida de sus empleos – cosas que tristemente aún hoy suceden en algunos países del mundo-.

     La madrugada del 28 de junio de ese año, en un bar conocido como el ‘Stonewall Inn’ del barrio Greenwich Village en Estados Unidos dijeron ‘¡Basta!’. “Ese hecho se recuerda como la ‘Revuelta de StoneWall’ y marcó un hito en la Historia. Estamos hablando de Estados Unidos, un país que siempre se aseguró que los hechos (y hasta incluso las tragedias) que ocurrieron ahí fueran globales. Como si eso le tuviera que importar a todo el mundo. Pero lo cierto es que el ‘Poder Gay’ nació ahí” – me dirá Alex Freyre, sentado en el cuarto de una radio ubicada en Cerrito y Sarmiento.  
     Este suceso empieza a denotar que ‘los últimos de los últimos de la fila’ aquellos discriminados, humillados y denigrados tenían algún poder. “Qué peronista eso, ¿No?”- Dice Alex buscando mi mirada porque conoce mi forma de pensar. Sonrío y asiento con la cabeza. La cuestión es que para que ese poder sirviera, tenían que organizarse. Y así lo hicieron, creando marchas masivas contra la violencia homofóbica en Estados Unidos. Pero lo cierto es que para Argentina, todavíafaltaba mucho.

                                                              ***

–       Voy a entrevistar a Alex Freyre y voy a escribir sobre eso - Le dije decidida a Diego una noche.
–       ¿Cómo?
–       Eso todavía no lo sé. Pero lo voy a hacer.
–       Bueno, suerte – me dijo sin mucha esperanza de que se concrete – Si sucede, hacé que me firme el libro.

      Contactarlo fue más fácil de lo que creí. Mientras pensaba cómo hacerlo, el contacto me cayó del cielo – o mejor dicho, del ‘aire’, porque fue un día después de lachar la con Diego mientras cursaba el Taller de Radio II en la facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP- un compañero me preguntó sobre qué iba a escribir y le conté. “Mirá – me dijo cuando terminé de comentarle mi idea - si te sirve, estoy en la producción de un programa de Radio Provincia con Alex Freyre y José María...”. No lo dejé terminar de hablar que le grité:“¡¡Él!! ¡A él quiero entrevistar!”. No era necesario que dijera más. Sabía quela frase terminaba en ‘Di Bello’ –esposo de Alex-. Así que mi compañero salió del aula, lo llamó y cuando Freyre dio el ‘ok’ me pasó su número para pactar la entrevista.
                                               
                                                                  ***
       
La lucha celeste y blanca
        En argentina hubo muchos levantamientos como el de StoneWall, marchas y movimientos. También organizaciones – al principio clandestinas - como lo fueron el ‘Grupo Nuestro Mundo’ y su heredero el ‘Frentede Liberación Homosexual’ – liderado por el poeta y escritor Argentino Néstor Perlongher-. Con el transcurso de los años y la fuerza incansable de estas luchas fueron apareciendo más, logrando visibilidad y conquistando objetivos.      
        Desde 2003 Buenos Aires y Río Negro permiten la unión civil formada libremente por dos personas con independencia de su sexo u orientación sexual. En 2007, esto se extiende también a la ciudad de Villa Carlos Paz –Córdoba-. Y desde ese año se empiezan a presentar acciones de amparo ante la justicia para que se reconozca el matrimonio entre personas delmismo sexo como el derecho que debe ser.
        Alex Freyre y José María Di Bello fueron la segunda pareja en apelar ante lajusticia –en 2009- para poder ganar esta batalla. El 5 de mayo de 2010, la Cámara de Diputados aprobó un proyecto de ley modificatorio del Código Civil que permite el matrimonio entre personas del mismo sexo y, en la madrugada del 15 de Julio de 2010, el Senado aprobó el dictamen de modificación de la Ley Civil de Matrimonio, volviendo real el sueño de miles de parejas gays del país.

        
                                                                    ***

      Mi primer encuentro con Alex fue en la facultad. Entre idas, venidas y citas que ‘por h o por b’ no se concretaron, el 23 de Julio él daba una charla sobre discriminación en el deporte junto a Claudia Vásquez Haro –Presidenta de la AsociaciónCivil OTRANS, Periodista y Docente de la Facultad-  y esa fue mi oportunidad para contarle sobre mi idea.
      Era una tarde gris, parecía que el cielo se caía sobre la ciudad de La Plata. Llegué al edificio Pte. Néstor Carlos Kirchner – mi segunda casa, porque es más el tiempo que paso ahí cursando que el tiempo que habito mi departamento – y lo esperé en la puerta del aula 16 donde estaba disertando. Al terminar la ponencia, me acerqué para presentarme. “Vamos afuera así charlamos mientras fumamos” – fue lo primero queme dijo- y salimos a la puerta, debajo de la marquesina para resguardarnos de la lluvia.
      Definitivamente no era el hombre que esperaba ver, me resultó diferente al que había visto en la portada del libro. Noté que era más alto de lo que creía y, no sé por qué, pero me sorprendió no verlo de traje - estaba de jean, pullover y campera-. Después de unos minutos de avanzada la charla, me di cuenta que es un tipo muy desinhibido, sociable, humilde y que a los dos minutos te trata como si te conociera. Por lo que la conversación resultó muy fluida. Hablamos de la idea y – entre el humo que expulsaba mi boca y el que expulsaba la suya - quedamos en volvernos a contactar y así acordar fecha para la entrevista.
                                                                 ***

    

Más que un militante
     Talcahuano,una calle del barrio San Nicolás de Buenos Aires. En un departamento al 638, lleno de familia, nace el 4 de enero de 1970 quien será vital en la lucha porla igualdad. Un hombre que nació en cuna de militantes y que palpó- aun sindarse cuenta - desde los primeros años de vida un espíritu de lucha por defender los ideales.
      Atravesado por estas vivencias y aldarse cuenta de que la sociedad y la cultura del país necesitaban un cambio, comienza a aflorar un militante que no dejó que nada lo detenga para cumplir su meta. Que no era solo suya, no se trataba sólo de su felicidad sino también la de miles de niños, jóvenes y adultos a lo largo y ancho del país. Entendiendo también, que estos logros traspasarían la frontera y nuestra tierra sería pionera en avances importantísimos en cuanto a transformaciones en los diferentes Estados y culturas alrededor del globo.
      Un niño que en los ‘80 debió luchar sin pistas ni herramientas para defender su identidad. Ese que después fue adolescente y continuó su lucha, logrando ser feliz en una época donde era casi imposible serlo si eras gay. Para ser un hombre casado con otro hombre que logró su felicidad junto a él. Hoy es 
el titular del Archivo de la Memoria de la Diversidad Sexual y presidente de la Fundación Buenos Aires Sida, sin mencionar que es ejemplo y referente de militancia por la igualdad.
     Todo eso y más es Alex Freyre.

                                                                  ***

–       Hola, ¿Alex?
–       Si.
–       Soy Andrea, te llamo para pactar la entrevista para esta semana. En lo posibleantes del viernes.
–       Bueno– Me dice y hace una pausa pensativa – El jueves hago una columna en un programa de Radio acá en Capital, termino a las 16.30hs. ¿Te parece en ese horario en la radio?
–       ¡Dale! A esa hora puedo.
–       Genial, es en Cerrito y creo que… – hace otra pausa – Sarmiento. A dos cuadras del Obelisco. 242 es la numeración, Planta Baja 'B'. Es ‘Radio Cooperativa’.
–       Buenísimo, nos vemos ahí entonces.
–       Dale, nos vemos.

                                                                   ***
     
      Llego a capital, son casi las tres de la tarde. Tengo todo preparado - incluso el libro de Diego para hacerlo firmar-. Está por llover, hace frio. No me manejo mucho en capital, pero ‘es a dos cuadras del obelisco’, tan difícil no puede ser. Camino sobre Cerrito, mirando la numeración. Después de hacer esas dos cuadras levanto la vista. ¡Acá está! La placa en la pared dice  ‘242’. Es une dificio alto. La puerta triplica mi altura, tiene rejas negras. Diviso el portero eléctrico, poso mi dedo índice derecho sobre el timbre que dice ‘PB B’ y lo presiono. Una voz sale del portero indagando mi identidad y la razón por la cual presioné ese timbre. Le explico y en menos de un minuto conozco al hombre detrás de esa voz. Es el recepcionista. Llega hasta la puerta y me abre. Entro y recorro un pasillo largo junto a él hasta llegar a una puerta al final.
      Entro y espero en la recepción hablando con el encargado mientras Alex termina su columna en el programa que está saliendoal aire. A la hora pactada sale del estudio, lo saludo y nos disponemos a buscar un lugar para la entrevista. Salimos al patio, pero no es el lugar adecuado. Pedimos el cuarto contiguo al de operación y nos dan el espacio. Acomodo el reporter, el trípode, la cámara, hago foco, el balance de blancos,lo ubico y comenzamos con lo que nos reunió acá este día.
    

                                                                ***

Orgullo Gay Vs Machismo y Homofobia
      Las sociedades del mundo tienden a ser – en un gran porcentaje – machistas. Consecuentemente homofóbicas. Ese machismo ha sido durante milenios parte de la génesis de la discusión sobre la distribución del poder. Y como resultado de eso, la homofobia también estuvo sentada en la misma ‘mesa’ discutiendo esa distribución y quitando reconocimiento del mismo poder a los últimos de la fila. “La homosexualidad no es contagiosa. Yo no logré – ni intenté – que alguien que no fuera homosexual se convierta en homosexual. Sin embargo muchos heterosexuales trataron de que yo me convierta en heterosexual y evidentemente no lo lograron. Pero si podrían haber logrado una represión en mí, que yo en vez de ser quien sea actúe como quien no soy. Me case, tenga hijos y obtenga una felicidad berreta. Que es la felicidad de consentir, la de pertenecer a un mundo que me discriminaría si supiera quiénsoy yo. La felicidad burguesa de pertenecer a un sector para ser parte de los que discriminan. No para transformarlo. Entonces esa tensión hace que algunas personas cedan en su soberanía y su independencia” – me dice Alex.
      Cuando la OMS elimina a la homosexualidad de la lista de enfermedades contribuye, pero norepara. Porque no se puede eliminar del inconsciente colectivo la idea de enfermedad, de inmoral, de algo que no tiene cura. En primera instancia el que haya sido considerado enfermedad es producto del machismo de la sociedad de esa época que formaba los científicos que dominaban la escena de la ciencia y podían determinar qué era una enfermedad y qué no.
      En el país, un hecho que reprimió las luchas por la igualdad – entre muchas otras cosas - fue la dictadura del ’76, la más sangrienta que sufrió nuestra tierra. Este golpe de Estado se encargó de agregar leyes de lesa humanidad. “Esas leyes criminalizan a las personas por ser quienes somos. Pero aunque nos arresten 15 años vamos a salir homosexualesde la cárcel, como entramos. Más vejados, mas vulnerados, con dificultad para obtener empleos, marcados por muchísimas violencias… y putos – Dice sonriendo – Orgullosos”.
      Entonces, esa organización, esa unión lograda por las luchas como la de StoneWall en todo el mundo hacen que se pueda luchar contra el machismo, la homofobia y se reivindique el ‘Orgullo Gay’. Pero… ¿Qué es el orgullo gay? ¿Están orgullosos de ser lo que son? “No sentimos vergüenza, y eso es un montón. Cuando la cultura dominante dice que quien sos vos es vergonzoso- no lo que hacés, quien sos - es un criterio nazi.Yo no puedo reprimir quien soy. Podría reprimir mis comportamientos, hacerle caso a la OMS de antes de los 90 y considerarme enfermo, ir a una clínica de recuperación. Pero no quiero dejar de ser gay y aunque quisiera no podría” – Dice - valga la redundancia - con orgullo Freyre.

                                                         ***

Estamos en la mitad de la entrevista empiezo a sentir golpes como de un martillo.
–       ¿Eso es acá? – Le pregunto casi con un pie afuera del cuarto para pedirles que suspendan por unos minutos las refacciones.
–       No, es arriba- me contesta negando con la cabeza y gesto de resignación.
    Claro – pienso –, es un edificio. Estas cosas pasan. Lo soluciono poniéndole el micrófono corbatero en la solapa de la camisa. Asunto arreglado, audio claro. Podemos seguir.             
                                                         ***



El conflicto está afuera

     Suele pensarse que un gay o una lesbiana tiene – en primera instancia – una lucha consigo mismo por su identidad, por ser como es, por sentir lo que siente –incluso ellos mismos llegan a pensarlo -. Pero el conflicto está afuera.
     Lo que ocurre en los primeros años de formación de un niño son determinantes. Lo que se le dice, lo que se hace a su alrededor. Es verdad que el círculo más íntimo es uno mismo, pero eso seconstruye por el hábitus - ese del que habla Bourdieu - eso que adquirimos y que determina la forma en la que vemos el mundo. Entonces los primeros pensamientos que tomamos como propios, son a partir de las herramientas que tenemos y eso viene de la crianza en la edad más temprana.
     “La primera tarea de un niño o una niña gay – Dirá Freyre – es deconstruir lo que se dice a sí mismo - que es la sumatoria de lo que ha escuchado en su casa -. Deconstruir ese mensaje es una larga tarea para niños que crecen en contextos homofóbicos. Algunos, no lo logran nunca”. Ese círculo con uno mismo es la primera lucha de un homosexual.
     Durante esa batalla - mientras el niño está debatiendo internamente acerca de lo que siente, lo que le pasa con otros, pensandolo que ‘debe ser’ y lo que es realmente, lo que escuchó, lo que siente pero le dijeron que está mal, la vergüenza y la culpa – está inmerso en la escolarización, donde sus compañeros de clase tienen su misma edad, y en promedio una crianza similar, la misma información – aunque cada familia es un mundo – y empiezan los primeros contactos con ‘el afuera’.
     Entonces, ser homosexual no es unconflicto. El conflicto aparece afuera cuando te dicen que eso está mal. Plantear que el problema es la homosexualidad es parte del problema. Hay conflicto porque el contexto es homofóbico. Entonces el gay siente la tensión cuando les dicen quiénes deben ser y qué colores deben usar. “A los varones les regalan celeste, a las nenas rosa. Durante el embarazo, las expectativas sobre nuestro género la construyen otros, le agregan cargas culturales – afirma Alex mientras mueve las manos acompañando la explicación – El conflicto no es propio, es ajeno. Al principio uno – o una – libra un conflicto ajeno que se nos mete como propio. Nosotros debemos deconstruir la información de que somos lo que no somos. Y al darnos cuenta de quienes somos en realidad, vemos que el conflicto no es propio, es ajeno".
      
                                                              ***

        
     Alex es extremadamente expresivo. Cuando habla, son más las gesticulaciones que hace, los movimientos de manos y acompañamiento con el cuerpo que las palabras que dice. Lo cual resulta interesante porque aporta otros sentidos a lo que cuenta. Cuando manifiesta como se expresa un niño, agudiza su voz. Al hablar del enojo de alguien grita y mueve los puños, y cuando habla de experiencias personales parece que revive el momento y utiliza los mismos gestos, las mismas caras, incluso las mismas palabras, haciendo que vivas con la mayoría de los sentidos esa memoria.

      Los martillazos de a rato cesan, pero no así las voces de los que se encuentran al rededor del cuarto. Eso no interfiere, no distrae. Podemos seguir sin inconvenientes.

                                                              ***

Hoy, se le dice ‘Bulling

      En la etapa del conflicto con el afuera, el homosexual – sobre todo los jóvenes – se choca con la homofobia y – en la mayoría de los casos – de la forma más violenta. Estaviolencia siempre existió, solo que hoy se le llama Bulling.
      No es sólo por ser homosexual. Hoy se sufre bulling por todo. “Por laglobalización hoy sabemos que nos hacen bulling por ser gordo, flaco, rubio, lindo, feo, pobre, rico, por sacarte un 10, por sacarte un uno, por ser puto, por salir con muchas chicas, por no salir con ninguna, por haber tenido muchos novios…- afirma Freyre mientras no alcanzan los dedos de la mano para enumerar – Todos los sufrimos. Pero no todos sufrimos la gran ‘Carrie’, la sangre en la cabeza – cuenta mientras parece que juega al ‘dígalo con mímica’ imitando la escena donde la sangre le cae a la protagonista– Los homosexuales sufrimos esas cosas”. Alex dice que el mayor infierno se vive en el gimnasio de la escuela, al ver la vestimenta. Explica que ahí se empiezan a ver con más claridad las diferencias. Cuando se despojan de lo que los iguala a todos – el guardapolvo blanco – y se ve la clase de ropa que cada uno usa –me lo cuenta dibujando con sus manos sobre su cuerpo cada prenda que nombra - y se nota si a las nenas les crecieron los pechos o todavía no, el tamaño del pene en los nenes. Estas cosas llevan al niño a tener conflictos de integración en la escuela – parte del ‘afuera’ – el problema no es del niño,sino de la institución que no se integra al mundo diverso. Y sin embargo al chico se lo señala como el problemático.
                                                             ***
        Mi mente va procesando lo que Alex dice, pero de tanto en tanto me preocupo por los martillazos - que por momentos parecen volverse más intensos - reviso si todo marcha bien en la cámara y si el reporter tiene la luz roja del ‘rec’ encendida. Todavía más grave: si aún lo tiene enganchado en la solapa de la camisa. Se mueve mucho y cada palabra que dice se convierte en algo símil a un aleteo de ave revoleando uno de sus brazos – o los dos en algunos casos –explicando algún concepto o expresando algún sentimiento. Cada vez que piensa una respuesta se lleva el índice a la pera y eleva la vista como mirando el techo para pensar.
      Por mi parte, también cruza por mimente - de a ratos - que no debo olvidar hacerle firmar el libro - Porque sé que hay que evacuar rápido el cuarto para dejar que las personas de la radio vuelvan al puesto de trabajo que usurpamos y tengo muchos cables que guardar – quizás me olvide.
   
                                                                   ***
Avances en el país. 

     La cultura argentina está cambiando. Todavía hay mucho que remover del machismo y la homofobia. Pero existen herramientas que brinda el Estado para que la sociedad se adapte a la diversidad. Tenemos una ley de matrimonio que iguala, contenidos de diversidad en la grilla de programación de la televisión pública – Como el Canal Encuentro y Paka-Paka -. Se reconoce al gay como victima de otros y no como parte de un problema, ni culpable de un delito. Hoy los textos escolares hablan de los cambios culturales y todas estas son herramientas que el Estado argentino les brinda a los ciudadanos y ciudadanas gays y lesbianas desde la infancia para poder deconstruir lo que se dice en ese ‘afuera’ y poder interpelar para defender su identidad y sus derechos, iguales a los de todos. Son cada vez más numerosos los espacios donde se dan las discusiones que tienen que darse sobre derechos humanos y género. Y hay que luchar para que sean aún más.

   Padres, hijos, futuros padres.

      No es fácil ser padre en esta época, es verdad. Es otra generación, otras problemáticas. En un gran porcentaje son homofóbicos y algunos hasta dicen que ‘está todo bien con los gays porque no les toca de cerca’. Pero eso no es del todo cierto. Sí pasa. Pasa en su país, en su ciudad, en su pueblo, en su barrio. En el colegio de sus hijos, en la casa de su vecino. En los ídolos - musicales o deportistas- de su hija. Saben que los homosexuales son un porcentaje importante de la población. Canillitas, carniceros, panaderos, jueces, ingenieros, abogados, políticos, padres, hijos, tios, nietos, primos… Saben que pasa, les queda claro que sucede y que ya no está fuera de su casa aunque quizás intenten negarlo.

      Al preguntarle a Alex que les aconseja a los padres y a quienes quieren ser padres, respondió con orgullo – por su propia familia – que sean padres del presente con las reglas y los procesos culturales del presente “Hay que entender que nuestros hijos nacen en otra generación y hay que aggiornarse. Debemos buscar la felicidad de nuestros hijos defender su derecho a ser felices y no ser parte del problema” Dijo seguro. 
      En cuanto al joven gay, a la joven lesbiana, deben buscar su felicidad. No dejar que nada los detenga. Empoderarse de su identidad y sus derechos. Interpelar a sus familias para que se empoderen junto a ellos. Que no callen: que todo mejora. Si deciden irse de su casa porque no pudieron lograr ese vínculo, que sepan que el Estado genera lugares para que se sientan iguales – porque es lo que son – y no resignen su felicidad por nada del mundo. No perder tiempo y no llegar a ser felices de grandes cuando ya tienen una vida ‘armada’ bajo esa pseudo-felicidad berreta que describía Alex.
     “Todo mejora. Nosotros recibíamos muchos mensajes de adolescentes con ganas de suicidarse. Y hoy estamos recibiendo mensajes de adolescentes con bronca. Es distinta la reacción, ¿Entendes? – Me pregunta Freyre inflando el pecho – Una cosa es bronca: ‘estono me gusta y quiero cambiarlo’ y otra cosa es ‘esto no me gusta, no puedo cambiarlo, me quiere cambiar a mí y yo no puedo cambiar’. Los adolescentes dicen ‘tengo bronca por lo que me pasó en la escuela’ o gente adulta en el trabajo ¡Pero ciudadanos y ciudadanas activas! Que reclaman con indignación el contexto que no les gusta y entienden que la política es una herramienta para transformarlo”.   

                                                                   ***
        Termino la entrevista, guardo todo velozmente y me disculpo con las personas de ese cuarto. Agradezco por el espacio, y emprendo camino junto a Alex por el largo pasillo hasta la salida nuevamente. Nos paramos en la vereda y charlamos un parde minutos sobre la entrevista. Nos saludamos y se va. Cruzo Cerrito hasta el metrobus y diviso a pocos metros el cartel rojo del Plaza. Entrecierro los ojos para focalizar mejor y lograr leer el cartel: ‘La Plata x Autopista’. Esperé a que llegue a la parada y subí.
      Pasé medio viaje recordando lo que hablamos en la entrevista y me quedé pensando: ¿Qué hace falta? Hace falta tiempo. Con la Ley de Matrimonio Igualitario se libró la madre de todas las batallas – y las leyes tienden a adelantarse a los cambios, las sociedades deben procesarlas -. Falta todavía que la cultura asimile estos cambios que la diversidad ha conquistado porque les pertenecen. Modificar las leyes en busca de derechos negados. La Argentina está en un proceso de construcción ciudadana, de una sociedad igualitaria que respete la diversidad y que crezca en la igualdad. El camino por recorrer es largo – mucho más largo que el camino Buenos Aires-La Plata por autopista – pero vamos por la mitad y seguimos avanzando. En definitiva, hace falta tiempo. Y que los últimos de los últimos de la fila no bajen los brazos y peleen por lo que les pertenece. Porque a fin de cuentas, ni siquiera debería haber una fila. Tendríamos que poder pararnos todos uno al lado del otro para hacer carne esa meta y lograr la igualdad.
     A todo esto, recordé otra cosa que justamente olvidé: no le di el libro a Alex para que se lo firme a Diego… Pero no me preocupo. Pienso seguir avanzando en este camino y no va a falta roportunidad para volvérmelo a cruzar.  
   
                                                                 ***

martes, 20 de mayo de 2014

Sentimientos desafiantes

Por: Andrea Eseiza

Son las tres de la tarde. Los 17 grados de sensación térmica van acorde al paisaje gris que visualizan los 
ciudadanos platenses. El ruido de las hojas secas debajo de nuestros pies nos recuerda que empezamos a vivir el otoño. En cuanto al sonido, solo se escucha el ambiente. Caminamos a la par, entre las dos no cruzamos palabra. Ella, de a ratos, solo me mira y sonríe.
    —Es acá - me dice rompiendo el silencio-, pasá.
    Entramos al edificio. Me invita a pasar y ponerme cómoda. Me siento en una de las sillas del comedor. Su departamento es cálido, en todos los ambientes visibles predomina el color verde manzana: el mantel, los individuales, las cortinas, los repasadores y hasta la caja y los accesorios del gato, quien acto seguido aparece en escena, se refriega en mis piernas y se sube a mi regazo.
    —Se llama “Savana”- me dice ella de repente, mientras pone la pava en la hornalla-. ¿Dulce o amargo? -. Me pregunta levantando el mate.
    —Como tomes vos, me da igual -, le contesto sonriendo.
    Se sienta en frente mío y suspira, parece que le cuesta empezar a hablar sobre el tema. Mira para abajo, parte de su enrulado pelo rubio cae sobre su cara.
    Malena tiene 22 años, es alta, flaquita y sencilla para vestir. Tiene ojos color miel dueños de una mirada desafiante que, en conjunto con su porte, te hacen creer que va por la vida atropellando al mundo. Eso generalmente es verdad, pero en situaciones como esta, viéndola así, ese porte desaparece transformándose en el de un pichón de paloma caído de su nido en medio de una tormenta. Le hago chistes para romper el hielo y que entre en confianza, pero solo logro ponerla más tensa. Entonces cambio la estrategia y, entre pregunta y pregunta, empieza a expresarse:
    —De mis sentimientos, de ESTOS sentimientos, me di cuenta a los 15 años. Sentirlos los sentí desde más chica, pero a esa edad reaccione que quizás no era lo “normal”. Todas mis compañeras de clase estaban embobadas con los flacos de los últimos cursos, esos más grandes que ya terminaban el secundario y a mi… a mi me gustaba mi compañera de banco. Ahí me di cuenta que algo extraño me estaba pasando. Intenté expresarme y muy bien no me fue.
    Una vez que empezó a hablar, la conversación va fluyendo sola y la historia avanza. Pasamos de una preadolescente confundida y cacheteada por su compañera de banco horrorizada tras una confesión; a la versión de “Dora la Exploradora” (versión platense) - según sus propias palabras - ; para finalmente terminar en una joven adulta segura de sí misma y de sus sentimientos. Lo realmente difícil es hablar de lo que nos llevó a juntarnos esta tarde. El verdadero objetivo de esta charla:
    —Contárselo a mis viejos fue todo un tema por varios motivos - me dice. Y al instante me mira fijo y levanta el índice de la mano derecha señalándome mientras exclama: -Te advierto que con esto me pongo sensible. Soy flojita por naturaleza, genes de mi viejo, pero hablando de esto, “Myrtle, la llorona” un poroto al lado mío.
     Y no miente. Sus ojos comienzan a empañarse. La miro con detenimiento y tengo la impresión de que la miel de su iris está por derretirse. Pero las dos estamos listas para enfrentar lo que sigue:
    —No sabía a cuál de los dos contarle primero – me explica -, entonces decidí…
   
    El chillido del vapor provocado por el agua hirviendo de la pava en el fuego interrumpió el relato. Ambas nos sobresaltamos.
    —Te salvó la campana -, le digo y me rio-.
    —Parece que sí… - contesta y también sonríe. Resaltando en sus mejillas dos hoyuelos que hacen de su sonrisa una de las más lindas que vi.
    Con mate de por medio las charlas siempre son diferentes. La nuestra cambia radicalmente y de repente parece que al hablarme, “Male” -porque así le gusta que la llamen- le cuenta este proceso a su mejor amiga, con una confianza que no se tiene con cualquiera. Toma el primero, vuelve a cebar y estira el brazo hacia mi extremo de la mesa para darme el mate, pero no llega. Yo colaboro estirándome también y de paso cambiar de pierna para sostener a la gata que parece estar, a esta altura de la charla, en el séptimo sueño aun sobre mi regazo. La acaricio y mi vista cruza la mesa para buscar los ojos de su dueña, los encuentro, los miro fijo esperando que continúe:
    —Entonces… -le digo simpáticamente-.
    —Entonces decidí encararlos a los dos juntos. Fue el 4 de Febrero del 2010, me acuerdo patente porque fue después del clásico. El lobo le ganaba al pincha después de 5 años y mi viejo iba a estar de muy buen humor. La pensé bien, estuve astuta - me dice y me guiña un ojo en gesto de complicidad-.
    —Me imagino, por como me lo pintaste antes, que ese “buen humor” después le cambió, ¿no?
    —Imaginás bien. Le cambió mucho. Les dije que quería confirmarles lo que tanto sospechaban, pero ninguno se atrevía a preguntar. Reconozco que no tuve mucho tacto, se los largue algo así como: “Sí, me gustan las mujeres. Soy “Lesbiana”, “Torta”, “Tortillera”… como prefieran denominarlo".
    Después de contarme esto entre risas, ahogadas por el llanto provocados por tantos sentimientos encontrados al revivir esa historia, me cuenta las reacciones de sus padres. Me dice que su mamá puso un gesto serio, como si les hubiera dicho que era asesina en serie. Y que su papá lloraba a moco tendido. En medio del silencio, solo se escuchaba el ruido que hacía “su viejo” intentando reprimir el llanto.

                                                               ***
    Como me había adelantado, eran muchas las cosas que la frenaban para contarles. Por un lado la forma de pensar de sus padres. Sabía que les costaría aceptarlo y, por otro, el sufrimiento que venía después para ellos al tener que “aguantar” los comentarios en el barrio. Male me explica que si lo hizo fue para poder ser libre y poder estar con su novia “de la mano por la vida”. Lo único que la frenaba era que sus padres no sabían y los comentarios les iban a llegar. A ella no le importa que hablen de ella, pero si le duele mucho que hablen de “sus viejos”.
    —Eso es lo que me jode –me dice con gesto duro -, que mi barrio es TAN barrio que para los vecinos, sobre todo para los mayores, no soy "Malena". Para ellos soy "La hija de José", "la nieta de Marga"... y mis viejos son, ahora, "los papás de 'la torta'”. Y los comentarios ofensivos hacia la familia vuelan más rápido que el viento -termina, aún con el ceño fruncido.
    —"La nieta de Marga" -cito sus palabras -. ¿La abuela sabe?
    —¿¡Qué va a saber!? Sería más fácil que mi primito de dos años entienda cómo sacar seno, coseno y tangente que hacer que "mi viejita" entienda que dos mujeres puedan besarse en la boca por amor. Ella es muy cerrada y dice que es antinatural. Es más ¡No sabés lo que me pasó una vez!…
    Notamos que hay un impedimento vital para seguir con la charla: se enfrió el agua. Male se levanta a calentarla. Por el ruido Savana se despierta repentinamente, levanta la vista, me mira. Se para en mis rodillas, se despereza arqueando su cuerpo, se hace un bollito y se acomoda otra vez como si nada pasara. Cierra los ojos y emprende su sueño nuevamente, como si supiera que la charla da para rato.


                                                   ***                                                  

viernes, 28 de marzo de 2014

Aprender a vivir con el dolor

Hay más de 300 tipos de migraña. No tienen causa, no tienen cura y en cada persona es diferente. Si naciste con Migraña, a menos que encuentres justo un tratamiento que de en la tecla, es un "Ajo y Agua" de por vida. Podés tratarla, sí. Pero te dan mil pastillas diferentes, para el Alzheimer, para la artritis, para regular la serotonina, para la epilepsia.. y puedo seguir nombrando padecimientos. Se supone que combinadas deberían prevenir el dolor. Adiviná qué? No lo hacen. Efectos secundarios? Miles. Se te puede bajar o subir la presión, aumentar o disminuir el colesterol, puede crecerte otro brazo u otra pierna. Pero el dolor, ese sigue estando.
  Ésta es crónica. La cabeza te duele los 365 días del año (366 en año biciesto) los 7 días de la semana, las 24hs del día. Hagas lo que hagas, estés donde estés te duele. Te la diagnostican a los 5 años: Migraña sin aura. Empezás un tratamiento con un neurólogo y después de mil preguntas y mil pastillas, no da en la tacla. Así, vas cambiando de doctor y de tratamiento hasta que la cantidad de profesionales visitados a tus 20 años duplica tu edad. Y el dolor? Ahi sigue, firme al pie del cañón.
  Cada vez te negás más a empezar. Pero nunca perdés la esperanza. Arrancás con un neurólogo de cero y ya sabés que se viene: -"Te duele la cabeza?" -"Sí", -"Cuánto y con qué frecuencia?" -"La intensidad varía, pero todo el tiempo y generalmente mucho", -"Dónde te duele?" -"En todos lados, de a ratitos. Cuando empezamos a hablar me dolía arriba del ojo, ahora me duele atrás..", -"Mareos, vómitos?" -"Depende, pero generalmente no".... Se te cruza por la cabeza armar un discurso, grabarlo y ponerle Play en la primera visita. Después de todo este circo, arrancás el tratamiento, esperanzada de que no te crezca otro brazo mientras intentás ver el progreso que nunca se da. Y el dolor? Quizás siga igual, quizás aumente. Pero irse, jamás.
   Entonces te vas resignando y aprendés a vivir con el dolor. De hecho no sabés lo que es ir por la vida sin él. Y van, vos y tu migraña, juntos a la par. Es como un lazo de sangre, esos que no elegís. Se torna una convivencia. Sí, puede analizarse así. Se vive "bien", tolerable, porque en días "normales" el dolor es "nivel resaca", y mal o bien es a lo que tenés que acostumbrarte. Lo jodido es cuando llega la crisis. Es como si tu concubino en esta convivencia empezara a torturarte. Te duele más, más de lo "normal", la luz te fulmina los ojos, el ruido se potencia y te retumba. Sentis que la cabeza te late, se comprime y se descomprime, como si algo adentro fuera a explotar. Tensas la espalda, apretás los puños, las lágrimas se te empiezan a caer solas y mientras más llorás, más te duele y mientras más fuerza hacés para reprimilo, es peor. Es como si te agarraran la cabeza con una máquina compresora y encima llena de agujas. Se te cruzan por la mente mil cosas: Que preferis matarte a seguir aguantando eso, que en 5 segundos puede darte un ACV, que si por esas casualidades de la vida te llegás a dormir, no te vas a despertar más... A veces se te cruza imaginarte qué pasaría si depositaras ese dolor en otra persona unos 2 minutos, como para que entiendan lo que sentís. Y te los imaginás tirandose al piso, agarrándose la cabeza  gritando que es insoportable. Y quizas te rias, porque te das cuenta la magnitud de lo que soportás. Y aún así es un dolor que no le desearías ni a tu peor enemigo.
  En fin, los médicos te dicen que te encierres a oscuras, sin ruido y en lo posible acostado. Lo intentás una vez, dos... y te das cuenta que es peor. Imaginate sentir todo eso en el medio del silencio; Te volvés loco. Es una tortura el doble de fuerte. Y más sabiendo que puede durar días o una semana. Entonces a pesar del dolor, hacés tu vida, ponés la música más fuerte, si total, no se te va a pasar. Al menos es tortura musicalizada....
   Muchos me preguntan qué siento. Eso siento. Y dicen que debería vivir amargada y de mal humor, pero sé que hay cosas peores. La sonrisa y el buen humor no los pierdo nunca, porque vivir sin una sonrisa en la cara no es vivir.

jueves, 9 de enero de 2014

Él será Ese Hombre

 El día se apagaba mientras una brisa fresca se colaba entre las hojas del ombú de la estancia donde su padre Miguel era mayordomo. Ahí, dentro de la casa, sonaba la voz de Gardel, esa que en Junio de ese año había encontrado su fin en las alturas. Era otra tarde de invierno que terminaba en una pequeña ciudad Rionegrina. Recostado debajo de ese ombú, mirando el cielo entre las hojas con apenas 8 años, se encontraba él; un pequeño lleno de sueños reflexionando sobre la vida.
    
El correr de las nubes jugaba una carrera con los pensamientos que pasabanpor su cabeza, iban a la misma velocidad que ellas. Inspirado por ese cielo decididamente dijo: “quiero ser aviador”. En ese instante, su hermano Carlos, quien correteaba a su alrededor, extendió sus brazos a los costados de su cuerpo simulando alas y se alejó, sin imaginarse siquiera lo alto que llegarían esas alas algún día.
    
Comenzaba a oscurecer y la voz de su madre Dora se escuchó desde la pequeña casa de empleados ubicada a unos kilómetros de la casa del estanciero: ¡Adentro! ¡Ya es tarde y hay que cenar! Ambos hermanos entraron y besaron en la mejilla a su madre sin percatarse del agotamiento de su cara, de esas manos gastadas por lavida de campo y la pobreza.    Todos los días transcurríancon la misma rutina, hasta que una mañana, todo fue diferente: el padre había decidido trabajar por su cuenta y la familia se mudó a una localidad bonaerense donde la vida y las aspiraciones del pequeño comenzaron a cambiar.
    
Una tarde en la nueva casa, vio a dos vecinos sentados en la puerta de al lado en completo silencio concentrados en un tablero, moviendo pequeñas piezas sobre él. Sigilosamente, sin romper el ambiente, se acercó a mirar. Por un momento los ancianos no parecieron percatarse de su presencia, hasta que uno de ellos rompió el clima silencioso a la voz de un determinante: “jaque mate”.
    
Una vez concluida la partida, pidió temeroso si podían enseñarle a jugar. El ganador le hizo un lugar a su lado y comenzó diciendo: “Voy a enseñarte, pero tenés que recordar que al final del juego, el peón y el Rey vuelven a la misma caja”. Él no lo sabía, pero ese día aprendería una de sus más grandes pasiones.
    El nuevo colegio no lo terminaba deconvencer, pero uno de sus grandes escapes fueron esos señores que los libros le habían presentado. Un tal Hemingway hizo que su mano tomara un lápiz y las letras se plasmen con algo de presión en el papel una noche en su cuarto. “¿Qué haces, Rodolfo?” preguntó su madre al entrar. “Escribo…” contestó el pequeño.“Apagá la luz y dormí que ya es tarde. Ya vas a tener tiempo de escribir” dijo mientras cerraba la puerta. Y así lo hizo, sin imaginarse tampoco que no sólo iba a tener tiempo de escribir por muchos años, sino también que con esa herramienta elegiría el oficio de dar testimonio en momentos difíciles.   

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Andrea Eseiza.

(Compañero Rodolfo Walsh, PRESENTE)