martes, 23 de septiembre de 2014

Tratá

Carta abierta a clientes de prostíbulos


     Pasó otro 23 de Septiembre y estoy segura que no te importó e igual "te fuiste de putas". Porque así lo decís vos. En esta sociedad machista así se lo dijiste a tus compañeros de trabajo o a tus amigos: "Me voy a buscar una puta". Fue entre los trámites de la mañana o mintiéndole a tu esposa con horas extra inexistentes. 
     Quizás no lo ventilaste porque te da vergüenza, no querés asumir que la cama en tu matrimonio no funciona, sos soltero, no conseguis novia, te considerás feo, sos eyaculador precoz, tenés un terrible complejo de edipo que no podés resolver o sos homosexual y no te animás a asumirlo. No importa cuál sea el motivo, aún así lo hiciste y lo seguís haciendo.
     Al no decirlo lo invisibilizás, hacés que al decir "prostitución" se piense en la prostituta o en el travesti, en la esquina o en el bulo. Pero nunca en vos: en el CLIENTE. Sos el más protegido y resguardado en esta historia, pero tenés que saber que sos el principal protagonista y el mayor prostituyente.
     Porque vos consumís, ese maldito mercado crece y el producto somos nosotras: LAS MUJERES. Lo que se publicita y comercializa es nuestro cuerpo. Vos sos el poderoso y nosotras las denigradas. Podés ser camionero, juez, verdulero, fiscal, estudiante, carpintero, policía, jefe, empleado o desocupado, para el mercado es lo mismo. Sos un cliente que paga. Y si hay clientes: HAY TRATA
     En el país hay más de 700 mujeres desaparecidas que fueron secuestradas para ser explotadas sexualmente, para que sean objetos con los que vos saciás tu hambre de sexo. Digo más de 700 porque es imposible saber la cifra exacta ya que no todos los casos que llegaron a instancias judiciales porque ellas no se animan a contarlo. Todas esas mujeres en situación de esclavitud fueron arrancadas de sus familias y sometidas a vos; sometidas a latrata.
     Tratá entonces de pensar que esa "minita" a la que sometés puede ser tu hija, tu vieja, tu hermana, tu sobrina que fue secuestrada y un desgraciado la está violando así como tantos otros lo hacen todos los días: Y vos también. Tratá de ver, de escuchar, de sentir el dolor de esas familias al perder a sus hijas, madres y hermanas para que vos y tantos otros tipos se saquen las ganas. Tratá de ver la angustia y el miedo con el que las víctimas rescatadas se animan a hablar en la cara de sus apropiadores y violadores en un juicio...
     Pasó otro 23 de Septiembre y a vos no te importó. Igual te fuiste a consumir mujeres víctimas de trata. La trata es un delito de lesa humanidad y tu complicidad hace que la cadena sea cada vez más larga y más mujeres y familias sigan sufriendo.
     Tratá de pensarlo así. Tratá de no hacerlo más.

Andrea Eseiza
36.110.333