Sus ojos color verde oliva se posaban, suavemente sobre mi triste mirar.
Esa vez como tantas otras veces ¿y cómo podía yo saber que esa sería la última? De haber sido consciente le hubiese pedido que no parpadee de más, que no desvíe la mirada ni media fracción de segundo y hubiese rogado a Cronos que detenga el tiempo ahí. En ese instante. Nuestro: Para siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Ann