Y me gustás.
Tanto que quisiera sentirme segura para avanzar como en un sendero soleado.
Pero lo cierto es que me estanco: en arenas movedizas, en un terreno empantanado.
Y me gustás.
Tanto que correría kilómetros para perseguir felicidad.
Pero lo cierto es que eso implica coartar libertad.
Y me gustás.
Tanto que desearía no estar tan rota y poder darte lo que merecés.
Pero lo cierto es que para darte eso tengo que estar entera para hacernos crecer.
Y me gustás.
Tanto que prefiero verte libre y no ser yo quien provoque que tu corazón se desequilibre.
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Ann