La idea de terror cesa. La celda es envidiada por cualquier ser en el planeta. Cálida, armónica, y tenue provoca la más linda sensación. Y hablo, nada menos, que de su tierno corazón.
Más que absorberlas las atrae, entran por propia voluntad, guiados por el inmenso amor que destila en su libertad.
Arma y desarma a la gente a su antojo y le basta, simplemente, con mirarla a los ojos.
Nutre de ternura las almas que atrapa y defiende su integridad con escudo y capa.
Nada en su corazón las puede dañar porque jura defenderlas de cualquier tempestad.
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Ann