lunes, 14 de mayo de 2012

F.A.T.E IX

Vivir solo cuesta vida...

Pero cuánta vida cuesta. Vida que tenes que vivir, procesos por los que tenés que pasar. Cosas que tenes que pensar, algunas que tenés que decir y tantas otras que es preferible callar.
Hoy retomé el hábito de releer textos. Siempre fui de esas personas que piensan que por más que leas dos veces lo mismo, nunca va a tener el mismo sentido. Porque día a día, minuto a minuto, segundo a segundo vivís, y en esas vivencias adquirÍs conocimientos, lo que te lleva a pensar diferente. Haber leÍdo "El Matadero" a los catorce años, no fue lo mismo que hacerlo a los 20, no tuvo el mismo efecto en mi persona, el mismo impacto. Logré entender muchas cosas gracias a mis competencias actuales, que a los catorce nisiquiera hubiera podido imaginar.
Pero sin ir más lejos, no hace faltan 6 años para lograr eso y no hace falta verlo solo en literatura. Leer un "te amo" de la persona que amás, no es lo mismo que leerlo de la persona que amaste o que te amó alguna vez. No es lo mismo decirlo a una persona de tu presente, que pensarlo hacia una de tu pasado. No es igual decirlo sabiendo que va a existir un próximo, que decirlo cuando sabes que va a ser el ultimo...
Hay tantas cosas que no son iguales que ayer... cosas que empeoran, otras que mejoran y algunas cambian sin discriminar si para bien o para mal, simplemente cambian. Como te dije, hoy retomé el habito de releer textos, y empecé por ese hombre que llenó de morbo mi imaginación. Si, no hace falta que imagines mucho, me conocés, estoy hablando de Edgar Allan Poe. Voy a sacarte del eje un segundo: hace un tiempo me di cuenta de lo loco que es todo, el fue un hombre que me influenció muchísimo y paradógicamente, tiene las iniciales de otro, que en otro aspecto, también me marcó: Elvis Aaron Presley. Dos personas que admiro, englobadas en tres simples iniciales: E.A.P.
Retomando el eje inicial, te comentaba que reincidí en sus relatos (esos que siempre me decías que podría haber escrito yo, por esa forma tan retorcida y descriptiva de escribir) y me llevó a sostener con más firmeza que la mayorÍa de nuestros pesares de la vida cotidiana son mas bien causa, que consecuencia. Dejame explicarte: vivimos sujetos a nuestros propios límites, nuestros temores más oscuros son consecuencia directa de nuestros propios pensamientos y limitaciones. Si pensamos constantemente que nos va a atropellar un auto, lo mas probable es que cada vez que estamos en la calle caminemos pendiendes de no acercarnos tanto al cordón, o crucemos la calle con una paranoia extrema. A su vez esos pensamientos son causa de malos ratos a la hora del sueño, pesadillas sugestionadas por nuestras propias paranoias. Y asÍ, se generan nuestros mambos, que no son para bailar...
Vivir solo cuesta vida, y sería mas fácil si sólo la vivieramos, actuando más, sintiendo más y pensando menos.
Así, volveríamos a soñar con las mismas cosas que soñabamos de chicos...

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